Recuerdo aquella entrevista que me hizo EL CORREO en su sección «Vascos de Altos Vuelos» en el año 2017, cuando apenas llevaba viviendo en Panamá un año y medio.
Desde entonces mi vida ha cambiado significativamente, en el terreno personal, académico y profesional. Sin ir más lejos, he vivido una pandemia como la que atravesamos hoy a más de ocho mil kilómetros de mi familia y mis seres queridos, haciendo más inestable y volátil un contexto que ya de por sí lo era, pero que afronto aún hoy con mucha fortaleza.
Panamá me recibió iniciando mi carrera profesional con ilusión y cierta inocencia, y me sigue acompañando hoy en una figura mucho más madura y resiliente, con una experiencia tan profunda e intensa que es difícil de transmitir.
Si en cuatro años y medio el crecimiento ha sido tanto, qué no me depararán los que están aún por venir…
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