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Eres hoy, aquí y ahora

Si me lees desde hace algún tiempo, sabrás que esta no es la primera vez que escribo sobre la importancia del proceso de cualquier trabajo creativo, independientemente del resultado tangible o de la obra final.

Cada creación tiene sentido en un determinado momento, aquí y ahora. Porque tú no eres la persona que eras ayer, ni la que serás mañana, y cada pieza es fruto de nuestra interpretación de los miles de datos y estímulos que recibimos cada día. La cantidad y calidad de la fuente de información dependerá de lo abiert@s que estemos a recibirlos y procesarlos, y dependiendo de ese momento único de inspiración en el que pasamos a interpretar una idea abstracta para convertirla en algo físico, el resultado será siempre, siempre, distinto. Tener hambre de ver cosas bonitas, escuchar sonidos bonitos, sentir sensaciones más profundas, aprender y dejarnos fascinar y sorprender por norma.

Haciendo orden en unos cajones hace pocos días, me encontré con libretas y cuadernos de cuando estaba estudiando secundaria. Tuve muchos sentimientos encontrados viendo ese “yo” de aquel momento, del que me siento tan lejos y tan distante, y ahí está la magia. Unos colores y una escritura que no se parecen en nada a la Sara que soy hoy, pero que fueron mi manera de expresarme en algún momento del tiempo, no tan lejos. Seguramente ocurra lo mismo dentro de unos años, cuando me siente a ver todo lo que creo hoy, aquí y ahora. Nada está bien, nada está mal. Todo es parte del proceso.

Lo más complejo del proceso creativo quizás sea poner pausa a cada trabajo y terminarlo, para dar lugar a un próximo, que será una evolución del anterior. Sobre ese “fin” escribí en mi artículo “El poder del lienzo en blanco”, y seguramente esa inseguridad sea una de las barreras más fuertes que necesita derribar un artista. Aprender a soltar, sin miedo.

Entiendo así cada obra como una “foto fija” de todo ese catálogo de información, imágenes, experiencias y sentimientos que estuvieron en mí en un determinado momento. Mi lectura de cada pieza, nada tendrá que ver con la lectura que haga la audiencia de ellas, que dependerá también de ese almacenamiento de información que tenemos cada un@ en nuestro interior. Habrá tantas lecturas como espectadores. Todo es dinámico, nada es estático. A veces conectas con las obras, otras veces no, ¿por qué?. El arte es una continua circulación de ideas y energía. Lo que lo hace parecer “nuevo” es cada combinación única de todas ellas, la manera de expresarlas en algo físico a través de cada artista.

Y es que tendemos a pensar que el trabajo de un artista es el resultado de su obra, pero en realidad es una manera de ser y estar en el mundo, en el universo.

Fotografía de Tony Vaccaro: Jackson Pollock painting at his home, East Hampton, 1953

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