En el mes de diciembre del año 2020 visité la exposición de Vasily Kandinsky en el Guggenheim de Bilbao, y si ya admiraba sus obras, al poder ver una muestra mayor y un recorrido claro, el interés se multiplicó y decidí seguir estudiándolo más a profundidad. Compré un par de libros sobre sus escritos, y encontré en ellos puntos en común con sentimientos y pensamientos que he tenido en diferentes momentos de mi vida en relación con el arte, como si él mismo los hubiera descrito con sus palabras hace más de un siglo.
En este artículo, os traigo algunos de los fragmentos de su obra «Lo Espiritual en el Arte», (1866-1944) además de algunas fotografías que tomé en la exposición.

En el arte la teoría nunca va por delante y arrastra tras de si a la praxis, sino que sucede lo contrario. En el arte todo es cuestión de intuición, especialmente en los comienzos. Lo artísticamente verdadero solo se alcanza por la intuición, especialmente al iniciarse el camino. Aun cuando la construcción general se puede lograr mediante la teoría pura, el elemento que constituye la verdadera esencia de la creación nunca se crea ni se encuentra a través de la teoría; es la intuición quien da vida a la creación. El arte actúa sobre la sensibilidad y, por lo tanto, solo puede actuar a través de la sensibilidad.
Las medidas y las balanzas no están fuera sino dentro del artista y constituyen lo que podríamos llamar su sentido del límite, su tacto artístico – cualidades con la que el artista nace y que se potencian hasta la revelación genial gracias al entusiasmo-.
Vasili Kandinsky

En general, el color es un medio para ejercer una influencia directa sobre el alma. El color es la tecla. El ojo el macillo. El alma es el piano con muchas cuerdas.
El artista es la mano que, por esta o aquella tecla, hace vibrar adecuadamente el alma humana.
La armonía de los colores debe basarse únicamente en el principio del contacto adecuado con el alma humana.
Vasili Kandinsky

Por otro lado, un cuadro no es «bueno» porque sea exacto en sus valores (los valeurs inevitables de los franceses) o porque esté casi científicamente dividido en frío y calor, sino porque tiene una vida interior total. El «buen» dibujo es aquel que no puede alterarse en absoluto sin que se destruya su vida interior.
Vasili Kandinsky

Aparecen colores de una fuerza desenfrenada, desprovista de toda capacidad profundizada. Esta se halla por el contrario en el azul, teóricamente en sus movimientos físicos, alejándose del espectador y concentrándose en sí mismo, y también en su actuación directa sobre el alma.
La tendencia del azul hacia la profundidad es tan grande que precisamente en los tonos más profundos adquiere mayor intensidad y fuerza interior. Cuanto más profundo es el azul, más poderosa es su atracción sobre el hombre, la llamada infinita que despierta en él su deseo de pureza e inmaterialidad. El azul es el color del cielo, así como nos lo imaginamos cuando oímos la palabra «cielo».
Vasili Kandinsky

Como seres espirituales que somos, cada uno de nosotros es el único responsable de hacer que nuestra existencia no pase de forma inadvertida, alimentando el espíritu con aquello que a cada uno le ilumine más, de manera libre.
Esto exige práctica y constancia, pero definitivamente merece muchísimo la pena y construye un legado.

¡Qué inspirador!, llena de mucha energía y conecta con esa esencia que cultivamos diariamente en nuestras almas y disciplinas.
¡Precioso!